martes, 8 de septiembre de 2009

Estudiar en casa


Estudiar en casa es latoso, eso piensa Miro, mientras hojea el cuaderno con la materia.
¿Qué persona aburrida habrá inventado el colegio? Todo sería más lindo sin estudios.
La mamá de Miro lo reprendió, ya había sacado varios 4 en el semestre y en distintas materias. No quiero un hijo cuatrero, dijo enojada. Miro intentó hacerle una broma para congraciarse, pero no resultó, ella parecía enfadada. Te quedarás en tu habitación durante una hora, estudiarás sentado en tu escritorio. ¿Entendido? Miro asintió con la cabeza e hizo como si fuera a estudiar, pero apenas se marchó su madre, cogió el autito a control remoto y comenzó a jugar a las carreras. Hacía ruiditos con la boca, entretenido. Cuando vio el reloj ya habían pasado 10 minutos, por lo que tomó el cuaderno y leyó el título, luego un poco de materia. La silla estaba algo dura, decidió estudiar sobre la cama. Siguió leyendo la segunda página y descubrió que su osito de peluche estaba quedando turnio, el mismo osito que cada noche lo acompañaba a dormir. Dejó el cuaderno y decidió jugar al doctor para operar el ojo de su oso. Esto lo hizo a mano solamente, Miro sabe que los niños no pueden tener objetos peligrosos. Una vez terminada la operación, cubrió los ojos del osito con un vendaje realizado con su pijama, ya habían pasado 25 minutos. Volvió a tomar el cuaderno y tuvo que releer la primera página porque ya había olvidado de qué se trataba la materia. Estaba en eso, cuando sonó el timbre de su casa y Miro vio por la ventana que se trataba del cartero. Al instante corrió, le pidió a su madre entregar las monedas por la correspondencia y cuando estaba pagando, el gato angora de su pequeño vecino entró hasta su casa. La madre de Miro le pidió fuera a devolver el gato y volviera, pero Miro se quedó viendo televisión en la casa del vecino, ya habían pasado 45 minutos. Cuando comprendió lo ocurrido, se despidió del vecino y fue corriendo hasta su casa para retomar sus estudios, se sentó nuevamente en la cama, estaba incómoda la almohada, buscó un cojín, luego otro almohadón de colores y los puso bajo su espalda, estaba tan cómodo y feliz que apenas podía ver las letras del cuaderno, el sueño lo estaba dominando. Cuando llegó su mamá, Miro estaba profundamente dormido. Qué pena, dijo ella. Tendrá que estudiar más tarde, o no ir al cine el fin de semana.
Recuerda: debes ser organizado y constante para estudiar. Deja de perder tu tiempo y no te arrepentirás.