domingo, 25 de octubre de 2009

El regalo


Ya es primavera y a Miro le encanta ir al almacén más cercano para comprar un helado de vainilla. Pide permiso a mamá, ella dice : está bien, pero regresa pronto, no desvíes el camino ni converses con extraños. Las madres siempre son así- piensa Miro- dan muchas instrucciones y hablan más de la cuenta.

De regreso a casa y saboreando el helado que había comprado, encontró casualmente a un amigo de Fago. Apareció de pronto detrás de un enorme árbol.

- ¿Me das helado, Miro?

- La comida no se comparte.

- Está bien, pero acepta este regalito que traigo para ti.

-¿Qué cosa?

- Es una especie de cigarro, mira. El chico saca de su bolsillo un arrugado pito de marihuana.

-¿Qué cigarro más raro, dice Miro?

-No es un cigarro, tonto, es algo mucho mejor: fumarlo se siente fenomenal.

-Eso es una droga y las drogas son malas.

-Pero fumas una sola vez y punto. Además, es un regalito, hace tanto tiempo que nos llevamos mal. Si lo pruebas, Fago ya no te molestará, tampoco a tus amigos.
Miro recordó los malos momentos vividos por culpa de Fago y lo bueno que sería ya no ser molestado por él. Por suerte, cuando Miro se disponía a entregar su helado y cambiarlo por el pito de marihuana, reaccionó y respondió bruscamente: la droga destruye y mata. Yo quiero vivir, aunque Fago y tú no sean mis amigos.
Miro caminó de vuelta a casa, mientras el amigo de Fago le gritaba groserías por no haber aceptado su oferta.
El helado de Miro se derritió y ya no quizo comerlo, lo arrojó al basurero más cercano. Más adelante podría disfrutar un rico helado de vainilla. Lo bueno es que logró salvarse de la droga.